¿Cómo los adultos podemos facilitar el ingreso al jardín respetando la gradualidad del proceso y las sensaciones experimentadas por el infante?
Como adultos, tenemos la responsabilidad de acompañar emocionalmente cada uno de los procesos y etapas que los menores irán atravesando, pero ¿cómo de forma sana podemos ser parte de ese proceso validando cada una de las sensaciones y proponiendo estrategias que faciliten e instauren sensación de seguridad las cuales permitirán un tránsito adecuado en el andar hacia la independencia y separación saludable de figuras primarias?
La estadía en el jardín, representa para los niños la primera separación extensa de su figura de protección por tal motivo el llanto, la pataleta o la negación al ingreso es una traducción del estrés saludable propio de esta etapa del desarrollo infantil donde el infante a nivel cerebral construye el concepto que se conoce como “permanencia del objeto” (Feldam, R. (2007). Modelo del desarrollo cognoscitivo de Piaget. En desarrollo psicológico. (pp 158 – 167) México: Pearson. Por tal motivo el infante entiende que en ese contexto madre – padre se irán y no permanecerán junto a él y por ende su cerebro intuye que está expuesto a un ambiente desconocido y probablemente inseguro o peligroso. Lo cual genera ansiedad por separación y miedo al abandono y la única respuesta cerebral inmediata de protección será la resistencia. Tal sensación supera sus capacidades de entendimiento y por ende no podrá regularse si el ambiente no es compasivo, tranquilo y generador de seguridad.
El proceso de adaptación, su celeridad, facilidad al cambio, aceptación de nuevas rutinas y personas depende directamente del temperamento, historia del infante y su tipo de apego (seguro, ambivalente, evitativo o desorganizado), por tal motivo sujetándonos y reconociendo lo anterior los adultos debemos buscar las estrategias optimas dependiendo del caso particular.
Para hacer tal proceso más adaptativo es importante como adulto tener expectativas realistas reconociendo que las posibilidades de respuesta de los niños pueden ser infinitas y desconocidas, entendiendo que es esperado que el niño o niña llore, tenga miedo, no quiera soltar tu mano o realice micción espontanea. Además, es conveniente realizar previamente un cuestionamiento de cómo siendo cuidador quieres transitar esta etapa recordando que la tranquilidad del adulto se convierte en la calma del infante, por el contrario, adultos con estrés trasladan tal sensación que el niño o niña convierte en su angustia.
Aunque para los adultos sea manifiesto que al finalizar la jornada volverán por el menor, para el infante es una deconstrucción cognitiva que su cerebro no alcanza a dimensionar, por el motivo es necesario hacerlo visible manifestando a través de diferentes herramientas el hecho del retorno del adulto y el traslado del menor a su casa y rutinas instauradas.
Para ello, algunas estrategias prácticas que se pueden utilizar en acompañamiento al proceso adaptativo sin minimizar las sensaciones y proponiendo una anticipación cerebral del menor pueden ser las siguientes:
- Anticipa su ingreso a través de rutinas visuales o creación de un libro con fotos y nombres reales del jardín, profesora y además añade posibles actividades ofreciéndolas con claridad. Ejemplo: “Yo soy ____________ (foto del niño o niña) me despierto, tomo el desayuno, me visto, subo al carro e iré a mi jardín que se llama ____________. Mi nueva profesora es _________ (foto real) ella me protegerá y será una persona segura.
La información y reconocimiento del futuro próximo anticipa al cerebro a las acciones y le permite una asociación emocional que ayuda a la disminución del estrés. (Molina, M. (2022) @mindheart.kids. Entrada al jardín, guardería o colegio)
- Permite el tránsito de sus emociones haciendo una descripción verbal y gestual además puedes añadir una ofrenda de confianza. Ejemplo: “estás llorando, lo entiendo. Es difícil decirle adiós a mamá. Cuando estés dentro del salón, aunque no me puedas ver yo sigo estando para ti, yo volveré y tú podrás ser capaz de disfrutar tus actividades”
- Despídete, dile adiós y ratifica que tú volverás. Aunque sea difícil tolerar el llanto y la despedida, a nivel emocional hay mayores beneficios cuando se conoce que el adulto se marcha. Ejemplo: “es momento de que papá vaya a su trabajo, sé que es difícil, para mí también lo es. Tú permanecerás en el jardín y yo volveré antes de hora de almuerzo”
- Ofrécele objetos transicionales que le ayuden a vivenciar la separación con un recuerdo y objeto real de la familia. Ejemplo: un peluche, el cual desde casa se le den besos manifestando verbalmente todo el amor que allí se depositó, además puedes poner una fragancia que asocie a ti. (Valero, L (2022) @educandoenconciencia. Entrada al jardín, guardería o colegio) Este objeto en la medida que incremente su seguridad irá siendo menos necesario.
Por último, es importante mencionar que dicho desarrollo se da de forma gradual y bilateral con la compañía del jardín y maestros es pertinente mantener comunicación en el abordaje del proceso. Además, es necesario esperar en calma la generación de confianza hacia el nuevo ambiente por parte del infante y reconocer que el transito hacia esta nueva etapa puede traer consigo una regresión de aprendizajes que habían estado ya estructurados.