¿Por qué Mi Adolescente se comporta así?
El periodo conocido como adolescencia, es la transición en el desarrollo de la niñez y la edad adulta, donde se dan importantes cambios físicos, cognoscitivos y psicosociales que se encuentran interrelacionados. Como padres de familia es importante conocer las transformaciones físicas de esta etapa y cómo influyen los sentimientos que los jóvenes tienen acerca de si mismos.
¿Qué es la adolescencia, cuando comienza y cuando termina?
La adolescencia comienza desde los 11 años hasta los 19 o 20 años de edad. Inicia con la pubertad, como se conoce el proceso mediante el cual una persona alcanza su madurez sexual y la capacidad para reproducirse. La pubertad comienza con un acelerado incremento de las hormonas sexuales. Entre los 8 y 9 años de edad, antes de los primeros cambios físicos, las glándulas suprarrenales comienzan a secretar los andrógenos, que inciden en el crecimiento del vello púbico, axilar y facial. Si tu hijo o hija se encuentra en esta etapa es importante explicar que cambios se van a dar en su cuerpo y acompañarlo en el proceso.
Muchas veces como padres, pueden ver que sus hijos adolescentes comienzan a presentar cambios en el comportamiento emotivo y su estado de ánimo. Algunas investigaciones (Brooks- Gunn, 1988; Buchanan, Eccles & Becker, 1992) atribuyen que las hormonas están asociadas a la agresión en los hombres y la depresión en las niñas. Sin embargo, otros factores como el sexo, edad, temperamentos y el momento en que se inicia la pubertad pueden acelerar los factores hormonales.
Existe un lapso para el surgimiento de la pubertad entre los varones y chicas. Por lo general las niñas comienzan dos años antes que los niños. Aproximadamente entre los 8 y 10 años de edad, el cuerpo de las niñas comienzan a mostrar cambios notorios. Los niños entre los 12 y 14 años comienzan sus cambios.
La adolescencia es un periodo de transición donde no solo se observan los cambios físicos, que son los más notorios, sino también los cambios cognoscitivos y sociales. Estos cambios implican grandes riesgos, algunos jóvenes necesitan cierta ayuda para logran encontrar respuestas a las dudas e incertidumbre que llegan a sentir.
La adolescencia no se puede evitar, es el ciclo de la vida y hay que pasar por eso. Para algunas personas, hoy adultas fue una etapa fácil y tranquila, para otros fue una montaña rusa de emociones. Lo importante es reconocer que tu hijo o hija también pasará por esto y lo único que queda es acompañar el proceso. Ten en cuenta lo siguiente:
- Reconoce sus cualidades. Seguro que no todo lo que hace es malo, ni todo el tiempo es lo mismo. Cualquier detalle, aunque parezca diminuto y es algo que merece reconocimiento.
- Habla bien de tus hijos. Muchas veces como padres se cae en el error de hablar con otros padres de los errores de los hijos. Estos errores solo son importantes para el núcleo familiar y deben ser resuelto internamente. Los adolescentes se sienten expuestos ante las demás personas y no se sienten cómodos cuando su intimidad es ventilada a otros padres.
- Recuerda tu adolescencia: Trae a tu mente, cuando te sentías incomprendido, juzgado y pensabas que tenías la razón en todo. Los cambios cognoscitivos los llevan a razonar y toman decisiones. A su vez buscan independencia y necesitan explorar.
- Escúchalo. Aunque te parezca una locura lo que te propone, demuéstrale que te importa su sentir, que le brindas el espacio para explicar el porqué de lo que piensa o desea hacer. Ellos necesitan cuestionar las normas y limites que se han establecido en el hogar. No se deje llevar por las emociones y esfuérzate por entender la perspectiva de tu adolescente.
- Se empático. Recuerda que ellos se encuentran viviendo cambios, están dejando su infancia donde todo era juguetes, amistades intensas y fantasías. Ahora aparecen los cambios físicos, los limites parecen más fuertes, se presenta las pérdidas de amigos y la idealización de los padres comienza a desaparecer.
- En esta etapa, la dimensión social cobra mayor peso, comienzan las preocupaciones por su aspecto físico. Es importante escucharlos y apoyarlos en actividades donde su autoestima se refuerce.
Debemos comprender que cada adolescente es un mundo, sin embargo, el principio universal de esta etapa es el ser empático y comprensivo.